No es que sea una cosa exclusiva de Villamanrique, ni de Sevilla, ni siquiera de España si a eso vamos; pero me preocupa, y mucho, la gran tasa de desempleo que hay en mi ciudad cuando se habla de mujeres de mediana edad. Vamos, que se puede decir que las cuarentonas tienen un grave problema si quieren encontrar trabajo por estos lares, y aunque sé cómo está el mercado laboral en general, a mí me preocupa esta situación bastante, por lo compleja que puede llegar a ser. Y es que las mujeres de esa edad son las jovencitas del pasado, y sin embargo las maduras del futuro; están entre dos mundos bien diferentes, y parece que no sólo para el trabajo, sino para un montón de cosas más.
Para empezar, creo que es un problema complejo sobre todo por cómo está estructurada la sociedad actual, sobre todo para la mujer, aunque no sólo para ella. Antes, hace unas décadas, cuando no había tanta liberación ni tanta igualdad, una mujer llegaba a cumplir los cuarentas con casi su vida hecha; si había tenido la suerte de ser una profesional en cualquier campo, por supuesto la cosa cambiaba mucho, pero de todas formas a esa edad ya se había casado y había tenido hijos, y seguía con su profesión como si nada hubiera pasada, o, por el contrario, la había abandonado para ser ama de casa con toda la tranquilidad del mundo. No niego que alguna habría que seguramente hubiera sido presionada por su marido para hacerlo, o la familia en general; pero la gran mayoría lo hacían por decisión propia, o bien no habían formado una familia y habían decidido quedarse solteras (no había muchas de ellas, pero bueno, está bien recordar a las que sí que existían).
Pero ahora ¿cómo parar una vida antes de llegar a los 40? Entre que estudias, encuentras trabajo, pareja y estabilidad vital (ojo, que estas dos últimas cosas no tiene por qué ir unidas ni mucho menos), ya te has acercado peligrosamente a esa edad. Si por casualidad has invertido alguno de estos términos, y lo encontrar trabajo estable y pagado adecuadamente se ha ido quedando para lo último, estás en la circunstancia de que quizá ya no lo puedas encontrar, porque… ¡eres mujer y además madura! Si te ha llamado la maternidad, todavía se complica más, y en fin, que no hay manera de desarrollarte profesionalmente como si tuvieras 20 años, pero tampoco la de jubilarte como si tuvieras 60. ¿Qué se puede hacer entonces?
Yo personalmente conozco a muchas mujeres en estas circunstancias, y te digo que entiendo cuando se convierten en maduras porno. Si nadie da una solución de algún tipo, estoy segura de que esto terminará siendo una salida laboral seguida por muchas, sobre todo cuando ahora la tecnología da pie a poder dedicarte a la pornografía de diferentes y abundantes maneras. Sí, estoy hablando de webcams porno, de videos amateur, de fotos eróticas caseras… y si ya una se lo piensa tomar demasiado en serio, la presentación a castings porno directamente. Dedicarse al mundo del ocio adulto no tiene nada de malo, pero la verdad es que una sienta ciertas reticencias cuando lo piensa; sin embargo, si la necesidad empuja, muchas de ellas se van, y fíjate que hay quién encuentra que en realidad es un buen trabajo: bien pagado, sin ataduras de horarios fijos, totalmente a tu aire, y no olvidemos la dosis de placer que una encuentra en él.
Realmente, el porno con maduras tiene muchas salidas, porque las historias que pueden salir de ahí son interminables: mujeres a las que les gustan los jovencitos, secretarias que se lían con sus jefes, profesionales de cualquier tipo que seducen a sus empleados… y no olvidemos a aquellas que les va el sexo familiar, o directamente el incesto puro y duro. En fin, que es una cosa a pensarse si una es cuarentona, no tiene trabajo o no uno muy bueno, y quiere vivir nuevas e intensas emociones laboralmente hablando.